viernes, 19 de abril de 2013

My Berlin Stories 2: First impressions. Primeras impresiones.





El primer contacto fue con el chofer del colectivo (X7) que con un gesto amable accedió a abrirme la puerta cuando estaba a punto de partir. Y luego el Metro, o el U-Bahn, toda una experiencia. Es inevitable hacerse amigo del metro porque Berlín es muy extensa. Allí abajo, no existen líneas curvas. La arquitectura es hiper racional y recata. Anulos rectos por todos lados. Las estaciones parecían un viaje al otro lado del muro, la luz, los carteles, y la estación que más me gustó "Karl Marx Strasse" (¿no es genial que existan calles y estaciones con estos nombres?).
MI amiga Cecilia me esperaba en Shöneberg, antiguo barrio-bastión gay que hoy comparte espacio con una población relajada. Es lindo volver a ver a Ceci, escucharla. Me hace gracia, a pesar de los años que hace que no nos vemos, porque siento la misma dinámica que hace años, incluso en aquel viaje a Sudáfrica y Mozambique que hicimos juntas en 2002.


Ceci me da ciertas pautas para moverme por la ciudad y me confirma lo que ya había visto en el mapa, el Museo de la Bauhaus queda una distancia de a pie. Después de un almuerzo rápido, Ceci va al trabajo y yo a caminar, hacia la Bauhaus.


Ninguno de los planes que tuve por la mañana en Berlín llegué a cumplirlos al pie de la letra. Esa era un poco mi idea, pasearme a lo "flâneur" descubrir cosas en el camino y darles tiempo, darle lugar a mis ganas de hacer lo que me salga.
Así que emprendida mi salida, me detuve a 60 metros de la casa de Ceci...

En Berlín hay varios negocios de bric-à-brac, y parece que muchos están en Shöneberg, sin embargo este fue el primero que encontré y ahora puedo decir que el que más me gustó. Un negocio dedicado a artículos viejos de los años 50 y 60. Desde pequeña memorabilia hasta objetos de cocina.
Aluciné desde la vidriera con un conjunto de muñecos de goma que saludaban junto a unas sillas, igual de seductoras y al estilo Mad Men.


Después de revisar cada cosa me decidí por este.



El señor de la tienda me dijo que se llama Eli y me explicó de donde venían... Parece ser (o eso es lo que entendí) que antes en la TV alemana existían unos segundos de promo de la misma TV, y entonces salían unos dibujos animados de unos personajitos que respondían todos a un nombre que comenzaba, cada uno, con una letra del alfabeto. Yo había elegido el de la E, ELI. (me encantó esta historia).
Luego me elegí una de las sillitas que seguramente vienen de un juego de casa de muñecas, pero no me digan que no es preciosa...



Y para no quedarme sin nada en la cocina elegí este timer. No me hace falta pero es tan bonito!!



The first human contact was with the driver of the bus (X7) who, with a kind gesture agreed to open the door as he was about to leave.
And then, the Metro, or the U-Bahn, quite an experience. Inevitably became a friend of it,  given the surface of Berlin. Down there, there are no curved lines. The architecture is rational made of 90º angles. The stations seemed a trip itself, to the other side of the wall, the light, the signals, (and I liked the station "Karl Marx Strasse" (I love that exist streets with these names!).
My friend Cecilia was waiting for me in Shöneberg, former gay -stronghold neighborhood that now shares space with a relaxed population. It's nice to see Ceci, listen to her. It's funny, despite the years I have not seen her, I feel the same dynamic in the conversation as always, even back to South Africa and Mozambique, trip we did together in 2002.

Ceci gives me some guidelines to move around the city and confirms what I had seen on the map, the Bauhaus Museum is a walk distance.  After a quick lunch, Ceci goes to work and I walk towards the Bauhaus.
None of the plans I had in the morning in Berlin became exactly  that way. That was kind of my idea to walk about like a "flâneur" discovering something on the road and give them time, give rise to my desire to do as I go.
So I started to walk by the Goldsztsrasse, I stopped 60 meters from the house of Ceci ...



In Berlin there are several bric-à-brac, (small shops with some antiques and old stuffs), and it seems that many are in Shöneberg, however this was the first I found and I can now say the one I liked the most. A shop dedicated to older articles from the 50s and 60s. From small memorabilia to kitchen ojects from the past.
I felt in love from the window with a set of rubber dolls close to  small doll chairs, equally seductive and Mad Men style.

After reviewing everything I decided on this.



The man of the store explained to me the story of these dolls.  Apparently (or so I understood) German TV had always a short promo with an animation figures responding to a name that began, each with a letter from the alphabet. I had chosen the E, ELI. (I loved this story).
Then I chose one of the chairs that will surely come from a dollhouse kit, but what can I say, isn't it beautiful ?  And I also chose this timer. I do not need it but it's so pretty!!


I gave to the owner a postcard from Pencilory and he told me that it seemed quite 60's! (I was so happy :I) 

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