El primer contacto fue con el chofer del colectivo (X7) que
con un gesto amable accedió a abrirme la puerta cuando estaba a punto de
partir. Y luego el Metro, o el U-Bahn, toda una experiencia. Es inevitable
hacerse amigo del metro porque Berlín es muy extensa. Allí abajo, no existen
líneas curvas. La arquitectura es hiper racional y recata. Anulos rectos por
todos lados. Las estaciones parecían un viaje al otro lado del muro, la luz,
los carteles, y la estación que más me gustó "Karl Marx Strasse" (¿no
es genial que existan calles y estaciones con estos nombres?).
MI amiga Cecilia me esperaba en Shöneberg, antiguo
barrio-bastión gay que hoy comparte espacio con una población relajada. Es
lindo volver a ver a Ceci, escucharla. Me hace gracia, a pesar de los años que
hace que no nos vemos, porque siento la misma dinámica que hace años, incluso
en aquel viaje a Sudáfrica y Mozambique que hicimos juntas en 2002.
Ceci me da ciertas pautas para moverme por la ciudad y me
confirma lo que ya había visto en el mapa, el Museo de la Bauhaus queda una
distancia de a pie. Después de un almuerzo rápido, Ceci va al trabajo y yo a
caminar, hacia la Bauhaus.
Ninguno de los planes que tuve por la mañana en Berlín
llegué a cumplirlos al pie de la letra. Esa era un poco mi idea, pasearme a lo
"flâneur" descubrir cosas en el camino y darles tiempo, darle lugar a
mis ganas de hacer lo que me salga.
Así que emprendida mi salida, me detuve a 60 metros de la
casa de Ceci...
En Berlín hay varios negocios de bric-à-brac, y parece que
muchos están en Shöneberg, sin embargo este fue el primero que encontré y ahora
puedo decir que el que más me gustó. Un negocio dedicado a artículos viejos de
los años 50 y 60. Desde pequeña memorabilia hasta objetos de cocina.
Aluciné desde la vidriera con un conjunto de muñecos de goma
que saludaban junto a unas sillas, igual de seductoras y al estilo Mad Men.
Después de revisar cada cosa me decidí por este.
El señor de la tienda me dijo que se llama Eli y me explicó
de donde venían... Parece ser (o eso es lo que entendí) que antes en la TV
alemana existían unos segundos de promo de la misma TV, y entonces salían unos
dibujos animados de unos personajitos que respondían todos a un nombre que
comenzaba, cada uno, con una letra del alfabeto. Yo había elegido el de la E,
ELI. (me encantó esta historia).
Luego me elegí una de las sillitas que seguramente vienen de
un juego de casa de muñecas, pero no me digan que no es preciosa...
Y para no quedarme sin nada en la cocina elegí este timer.
No me hace falta pero es tan bonito!!
The first human contact was with the driver of the bus (X7)
who, with a kind gesture agreed to open the door as he was about to leave.
And then, the Metro, or the U-Bahn, quite an experience.
Inevitably became a friend of it,
given the surface of Berlin. Down there, there are no curved lines. The
architecture is rational made of 90º angles. The stations seemed a trip itself,
to the other side of the wall, the light, the signals, (and I liked the station
"Karl Marx Strasse" (I love that exist streets with these names!).
My friend Cecilia was waiting for me in Shöneberg, former gay
-stronghold neighborhood that now shares space with a relaxed population. It's
nice to see Ceci, listen to her. It's funny, despite the years I have not seen
her, I feel the same dynamic in the conversation as always, even back to South
Africa and Mozambique, trip we did together in 2002.
Ceci gives me some guidelines to move around the city and
confirms what I had seen on the map, the Bauhaus Museum is a walk
distance. After a quick lunch,
Ceci goes to work and I walk towards the Bauhaus.
None of the plans I had in the morning in Berlin became
exactly that way. That was kind of
my idea to walk about like a "flâneur" discovering something on the
road and give them time, give rise to my desire to do as I go.
So I started to walk by the Goldsztsrasse, I stopped 60
meters from the house of Ceci ...
In Berlin there are several bric-à-brac, (small shops with
some antiques and old stuffs), and it seems that many are in Shöneberg, however
this was the first I found and I can now say the one I liked the most. A shop
dedicated to older articles from the 50s and 60s. From small memorabilia to
kitchen ojects from the past.
I felt in love from the window with a set of rubber dolls
close to small doll chairs,
equally seductive and Mad Men style.
After reviewing everything I decided on this.
The man of the store explained to me the story of these
dolls. Apparently (or so I
understood) German TV had always a short promo with an animation figures responding
to a name that began, each with a letter from the alphabet. I had chosen the E,
ELI. (I loved this story).
Then I chose one of the chairs that will surely come from a
dollhouse kit, but what can I say, isn't it beautiful ? And I also chose this timer. I do not
need it but it's so pretty!!
I gave to the owner a postcard from Pencilory and he told me
that it seemed quite 60's! (I was so happy :I)
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